dijous, 30 de setembre del 2010

Feldenkrais y el gatear

Un día hablábamos sobre una acción tan simple como chutar una pelota y por que justo antes de la acción tenía que parar para decidir que píe utilizar. Era algo que muchas veces se había preguntado. Ella tiene unos 40 años y práctica algunos deportes. Entonces la pregunta resulta más importante de lo que pensamos, al hablar y proponer diferentes relaciones de acciones descubrimos que tiene dificultad en trasladar el peso de un pie a otro y esto nos lleva a pensar que durante su etapa de desarrollo, cuando era bebé, tuvo algún momento interrumpido y por ese motivo no ejecutó todas las estrategias necesarias para saber trasladar el peso en relación al empuje. Mucho antes muy al principio del desarrollo, quizás nunca le dejaron experimentar el pasar de boca arriba a boca abajo, puede ser, claro esta que es una hipótesis, que la mama para facilitar la vida al bebé la cogiera y la colocara ella en posición boca abajo. Dentro de la primera sesión de ATM relacionada con la flexión y extensión (ella no puede pasar de boca arriba a de lado sin hacerse daño en la espalda baja) la cabeza no sabe ir en relación con la columna al recibir la consigna de girar para trasladar el peso del cuerpo al lado. Hay vamos las dos descubriendo en cada clase que partes del aprendizaje no llego a pasar y ahora debe hacerlo para encontrar aquellos recursos que necesita hoy para poder realizar algo tan simple como levantarse de la cama sin hacerse daño. Evidentemente todo esto le provoca otras dificultades pero la más reveladora fue que ella no tuvo que hacer la acción de rodar la cabeza en el suelo para ver a su mama, y entonces no experimento la leve extensión cervical que debe pasar para así conectar con la extensión de la columna. Su evolución es muy buena, pero eso si es claro, no es lo mismo aprender con unos meses de edad sin patrones ya fijados, que con unos 40 años y con patrones más que fijados.

Me gustaría retomar con este ejemplo la importancia del escrito sobre dime si gateaste y te diré como te mueves.

Lo mejor de todo, es que uno tiene la sensación de que la vida le brinda una nueva oportunidad de aprender, esta vez no con estimulo interno sino externo, con un método de aprendizaje como el Método Feldenkrais.


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